Día 3

Hoy el día apareció encapotado y tristón, ahora que suele llover en Barcelona. Y no iba muy animado, y sí dolorido. Como si me hubiesen leído el pensamiento, ¡masaje!. Después con esta sensación zen que te queda, trabajo de payaso, imitando los andares, ¡que vaya andares!, para aplicarlo después a la interpretación de la danza de los que nos rodean. Todo, para obtener más recursos cuando se agotan los nuestros. Más tarde Small Dance (tengo pendiente una entrada a propósito), y así percibir las fuerzas ejercidas por la gravedad en nuestro cuerpo, para a continuación, jugar con el balance, anulando parte de esas fuerzas que nos mantienen en pie. Resultado, desequilibrio con el que jugar, y con el que propiciaremos más cantidad de Momenta (plural de Momentum que me ha facilitado Cris, aunque no es seguro que exista), cuando bailemos en dúos.
Seguro que me dejo algo, pero ya me está dando la bajona, y no pienso bien, aunque mi inconsciente o mi cuerpo, cualquiera de los dos, si no es lo mismo, se habrá quedado con ello y lo dejará salir cuando menos me lo espere, en una jam.
Puesta en común de las experiencias de cada uno, en la que he tenido la sensación de percibir un grupo sólido, lo cual enriquecerá los dos días que quedan.
Mañana hay jam en la barceloneta, y como nos quedaremos todos, estará requetepetada (somos unos treinta).
Mi lección de hoy.
Me quedo con la frase de Jörg que decía, según la traducción de Sebastian: "Estar (de pie), es caer continuamente". Venía a propósito del concepto de Small Dance, durante el cual percibes una estructura osea, que se mantiene de pie, por la acción continua de grupos musculares antagónicos. Precioso. Como salido de la boca del Che.