Día 1

Esta semana he comenzado un cursillo intensivo de contact improvisación en el Centre Cívic de la Barceloneta, impartido por: Jörg Hassmann, Sebastian García Ferro y Daniel Werner. Muy simpáticos todos ellos. Y para retener un poco todo lo que aprenda, lo voy a sintetizar aquí, y de esta manera, me obligo a pensarlo, y macerarlo todas las tardes.
Por la mañana amanecí con unas agujetas increíbles, después de las dos jams de este fin de semana, de las cuales, una de ellas, era la introducción al cursillo. En esa jam, se potenciaba uno de los pilares de este curso, sobrevivir sólo, antes y después del dúo. Simplemente esta premisa hizo más rica la jam, creando más rotación de parejas, y fomentando el disfrute de bailar sólo.
Empezando de esta manera, el curso prometía, más aún cuando para mí es muy importante desarrollar la parte del solo, debido a mi nula experiencia previa en la danza. Lo cual me deja sin prejuicios, por otra parte.
Las agujetas, en un primer momento, parecía que me iban a impedir disfrutar de la mañana, pero ésta fue más relajada de lo que yo pensaba, centrándonos en eliminar las tensiones, y movernos con la ley del mínimo esfuerzo, sin hacer "grandes cosas". Y con esta dinámica, comenzamos a hacer los solos, mucho más agradables, para sólo al final de cada ejercicio, entrar en el dúo. Miramos mucho, desde dentro del grupo siempre, aprendiendo de los demás, para exhibirnos sin vergüenza posteriormente en nuestro solo. En otro orden de cosas, practicamos recursos para el baile en dúos. Técnica pura, con el nexo de unión del contacto de los centros, de pie y en el suelo. Y finalizando con la danza libre grupal de rigor, para fijar conocimientos.
Mi lección de hoy:
Se aprende tanto bailando, como mirando. Esto me recuerda que un día de estos me tengo que poner con la entrada dedicada a las neuronas espejo, que vienen muy al caso.
¡Fins demá!